La historia comienza con la tradición vitícola de Puente Genil, Córdoba, de donde es procedente Joaquín Fernández. Ambiente vitícola que le atrapa y le maravilla, llevándole a perseguir la idea de hacer su propio proyecto de bodega.
Pero no es hasta que descubre el enclave de la Serranía de Ronda, con su pasado vitícola y sus peculiaridades climatológicas y edafológicas, cuando se decide por esta región. Para terminar encontrando en La Finca Los Frutales el lugar perfecto que siempre tuvo en mente.
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